Laetitia Casta, símbolo de misterio y glamour

Acaba de convertirse en imagen del perfume Notorious de Ralph Lauren, un paso más en una carrera como modelo y actriz que empezó cuando era sólo una adolescente. “No creo en Dios, pero cuando veo a Laetitia me siento tentada de cambiar de opinión”. Así de impresionada se mostró la diseñadora Vivienne Westwood ante la bellísima modelo normanda. Y no es la única. Casta se ha ganado la admiración de Yves Saint Laurent, Paul Marciano y Brigitte Bardot. El último en caer bajo su hechizo ha sido Ralph Lauren, que la ha convertido en el rostro de su perfume Notorious. “Conocí al señor Lauren cuando yo tenía 16 años –afirma Laetitia–. Es un caballero y fue muy amable conmigo. Fue una de las primeras personas que me ayudó a entender mi potencial. Yo me sentía insegura y él me infundió confianza”.

Desde esa primera reunión han pasado 15 años y ha llovido mucho. Laetitia ha sido imagen oficial de L’Oréal, Dior y Chanel; ha participado en campañas de Guess, Tommy Hilfiger, Victoria’s Secret y Miu Miu, y ha protagonizado más de 100 portadas de revistas. También ha aparecido en tres números de bañadores de Sports Illustrated, ha sido una de las portadas más “picantes” de Rolling Stone y ha representado a la “pin-up” de los años 50 en el mítico calendario Pirelli.

Y, además, se ha batido el cobre en la gran pantalla: su película más conocida es la superproducción “Astérix y Obélix contra César”, pero también ha trabajado con grandes como Taviani o Patrice Leconte. No está mal para aquella adolescente tímida y algo chicazo que se convirtió en modelo de un día para otro. Además, Laetitia ha conseguido que las curvas vuelvan a tener su lugar en la pasarela.

Su imagen femenina y voluptuosa, que nunca pasa de moda, representa un ideal de mujer que gusta tanto a ellos como a ellas. Laetitia recuerda ahora cómo todos intentaban “moldearla” al principio de su carrera: querían que se arreglara los dientes, que perdiera peso, que intentara parecer más alta... Se negó y siguió haciendo las cosas a su manera: una dieta equilibrada, mucha agua, natación y un deporte del que no solemos oír hablar a las “celebrities”, el judo.

Esto le ha permitido convertirse en una mujer segura y confiada. Justo la imagen que buscaba Ralph Lauren: “La mujer Notorious –afirma la modelo– sabe quién es y cómo conseguir lo que quiere. Es encantadora, poderosa, seductora y atrevida”.

Fama Mundial

Y todo empezó en una playa. Como todos los veranos, la familia pasaba las vacaciones en Córcega. Un fotógrafo se fijó en la adolescente Laetitia y le propuso una sesión de fotos. Unas semanas después, estaba desfilando para Jean- Paul Gautier. Su carrera despegó cuando el director de una importante revista de moda la vio y los contratos empezaron a lloverle. Y después, cuando Paul Marciano, director creativo de Guess, se “enamoró” de ella, su fama se hizo mundial.

Curiosamente, uno de los logros profesionales que más valora Casta es que la nación francesa en pleno la eligiera como modelo del nuevo busto de Marianne, la mujer que simboliza la República y cuya estatua puede encontrarse en todos los ayuntamientos del país. “Fue un verdadero honor –dice–, y yo era tan joven... Ahora veo la calidad y la importancia de aquel galardón, pero entonces era muy natural e inocente”.

Se da la circunstancia de que los alcaldes pueden elegir qué busto instalan en sus salones; y, al parecer, el inspirado en Laetitia es el más popular junto con el de Brigitte Bardot y el de Catherine Deneuve. Sin embargo, Laetitia no vive para la fama. Sigue veraneando en su querida Córcega y prefiere quedarse en casa a ir a fiestas. “Por eso me encanta haber sido elegida por Ralph Lauren –afirma–; porque no soy una mujer de moda, sólo vivo mi vida y eso encaja con el estilo de esta fragancia. Notorious se refiere a ser uno mismo y a la libertad de expresar quién eres”. Laetitia prefiere dedicar su tiempo a viajar (vive a caballo entre París y Nueva York), cocinar y, sobre todo, atender a su familia: su pareja, el actor italiano Stefano Accorsi, y sus dos hijos, Orlando, de dos años, y Shateene, de ocho, hija de Stéphane Sednaoui. “La maternidad lo ha cambiado todo –asegura–. Resulta cursi decirlo, pero es la cosa más bonita del mundo”.